Psicóloga – Psicoanalista – Perito Judicial

La Familia

“Desde que nacemos, los seres humanos vivimos rodeados de muchas
personas. El primer grupo humano al que pertenecemos es la familia, célula
fundamental de la sociedad. Según la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la
sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad…” esta es una de las
definiciones de familia que podemos encontrar en las enciclopedias.
El psicoanálisis nos dice que no existe la familia ideal y menos aún la familia
natural, puesto que tanto la maternidad como la paternidad son del orden
del significante. Es decir, son conceptos a construir y que tienen un
significado distinto para cada sujeto.¿Qué significa ser padre? ¿Qué
significa ser madre? Existen tantas respuestas a estas preguntas, como
padres y madres hay.
Señalado esto, podemos decir que definir familia es muy complejo y a su
vez, la familia es un tema complejo también. Cuando una persona viene a la
consulta, habla desde el primer momento de la familia, de esos lazos, de los
sufrimientos alli concentrados, de esa dinámica de funcionamiento particular
intrínseca a cada modelo de relación. La familia está presente en el sujeto
como marcas o significantes que trazaron un sentido en su vida y de lo cual
no le resulta fácil desprenderse.
Cada familia posee un discurso particular en el cual el sujeto está inmerso
desde antes de nacer y que determina su modo de ver y entender las cosas.
Sería algo así como la “realidad” para esa familia. Pero esa realidad no es la
“realidad real” (como yo digo a mis pacientes), sino la establecida por ellos.
El prisma bajo el cual ellos interpretan lo que les rodea. Así encontramos
familias muy optimistas y vitales y otras muy pesimistas y depresivas. Y es
algo que va más allá de lo biológico. No es una cuestión genética que uno
se parezca a su padre o a su madre por lo que hace a sus formas y criterios,
sino que es una cuestión de identificaciones y “copia”. Copio el discurso
familiar, lo hago mío. Hay un código particular para cada familia.
Es muy alentador cuando hay problemas, descubrir que existen otros
enfoques de la realidad más allá del que nos ha transmitido la familia y al
que por tanto, hemos dado por único y verdadero durante muchos años. Es
por ello, que a momentos la família lejos de ser el lugar donde guarecerse y
cojer aliento, se convierte en ese lugar siniestro que potencia todavia más
nuestra angustia e inquietud porque no nos aporta nada nuevo ni diferente.
Sería como una especie de círcuito cerrado que no nos ayuda a la apertura
necesaria para poder enfocar las cosas de otra manera y así poder
resoverlas. Iniciar una psicoterapia propicia este “descubrimiento”.
Esto también es muy importante a la hora de reconciliarse con tal o cual
miembro de la familia con el cual siempre tengo desencuentros. Sé como
piensa (porque yo también he pensado así ) y eso me permite “disculparle” y
entenderle. El otro se ha quedado atrapado en ese discurso, sin saber que

hay otros. Muchas veces no es que los otros no quieran entender,
simplemente no pueden porque no saben que su realidad no es la única y
que tan sólo con posicionarse distinto, lo verían todo de otro modo.
La psicoterapia es una buena estrategia, para ayudar a resolver todos esos
conflictos. Sabemos que una mala relación de familia es un verdadero
generador de malestar y sufrimiento.
Por ello, los psicólogos y psicoterapeutas pueden prestar la ayuda necesaria
para reescribir esa relación, de modo que retorne bienestar y tranquilidad.
Adela Nogués.
Psicóloga. Sexóloga.