La busqueda de la perfección es una obsesión para muchas personas. Esto va ligado a la
idealización que existe sobre ella, es decir, a la creencia de que habría una especie de
punto final en el que aquello que anhelamos conseguir será perfecto, completo. Pero la
realidad es muy otra. No existe la perfección, por tanto por más que busquemos,
cambiemos o corrijamos, jamás la alcanzaremos. No se puede tener( o ser) todo .No
existen ni el trabajo perfecto, ni la pareja perfecta, ni los hijos perfectos, etc.. Por más que
uno posponga por ejemplo, casarse, pensando que la novia o el novio actual, están bien
pero “podría encontrar algo mejor”( y entonces le dejo y busco otra u otro) no llegaré
nunca a encontrar a la pareja ideal, porque no es más que eso, algo que solo existe a nivel
de las ideas, no en la realidad.
Esto, lejos de ser una decepción, es una gran liberación. No hace falta buscar algo que no
existe. Tomando esto como premisa de partida, cualquier cosa que hagamos en la
dirección de nuestro propio progreso, estará bien y ya solo por eso, ha de satisfacernos.En
la vida, ha de ser más la sensación de avance que la de metas conseguidas lo que prime. Si
llegaramos a ese punto de haber conseguido todo, habriamos aniquilado el deseo y poco
tendríamos ya que hacer. El deseo es el motor. El deseo de perfección o mejor dicho, el
deseo de avanzar o de mejorar. De eso se trata. De hecho, a menudo sucede que no se
tiene la sensación de haber alcanzado lo que se quiere, del todo. Es decir, siempre falta
algo. Pero eso no significa que no se esté en la dirección correcta, sino más bien lo que
comentaba anteriormente, que nunca se alcanza el Todo. Y eso, hace motor. Nos permite
querer continuar.
Por otro lado, tomando la definición del diccionario de perfección encontramos :”completa
ausencia de error o defecto”, es decir, aquello absolutamente libre de taras. Pero, ¿quién
decide lo que es un defecto y lo que no lo es? , esto de nuevo es una liberación, porque está
sujeto a la subjetividad ( y por lo tanto, particularidad) de cada uno.Lo que está bien para
alguien, puede resultar absurdo para otro y así sucesivamente. Por tanto, que todo quede
sujeto a nuestro criterio es muy interesante. Permite realizar con total libertad y
satisfacción aquello que queremos. Porque así es el deseo, personal e intransferible.
Será perfecto para nosotros, aquello que nos haga sentir bien, tranquilos,satisfechos.
Enredarse en la busqueda de la perfección, estaría más del lado del Superyo psicoanalítico,
que tiene que ver con el deber, lo que se supone que debemos hacer, etc. y por tanto, estará
generando un sufrimiento innecesario. No hay fórmulas, por tanto, para cada uno lo
“perfecto” será una cosa distinta.
La sensación de no ser perfecto, devuelve una gran insatisfacción y sufrimiento.
En ocasiones, es complicado salir de ese circulo vicioso. Se hace entonces necesaria la
ayuda de un profesional.
Adela Nogués.
Psicóloga, psicoanalista, sexóloga.
Kur Klinikum.